Espacio "para" intervenir

Inicialmente había pensado centrarme en la zona de recreo del centro educativo, pero voy a ser un poco egoísta y le voy a dedicar al aula que habito el tiempo que se merece.

El aula de Apoyo a la Integración en la que desarrollo el mayor tiempo de mi labor no es excesivamente amplia, unos 20 m2, más o menos de extensión. Junto a la puerta, que suele mantenerse abierta, en la pared izquierda se sitúan tres muebles de almacenamiento de media altura, donde guardo el material (libros, manuales, cuadernos de trabajo, material manipulativo, juegos, documentación del alumnado...). El centro del aula lo ocupa una mesa de gran tamaño, con seis puestos de trabajo delimitados con seis sillas verdes con acolchado (algo muy valorado por mi alumnado). En la esquina izquierda, junto a la gran ventana que da a la pista de fútbol del patio, se encuentra una mesa de trabajo con ordenador, lapicero, bandeja de papeles..., orientada hacia la pared. En la esquina derecha, encontramos un par de mesas individuales, también adornadas con sus sillas verdes acolchadas que pude obtener el curso pasado con la colaboración de la conserje del centro. En la pared contigua cuelga una pizarra blanca de tamaño adecuado.

Algo que suele gustar al alumnado, y favorece la interacción en el grupo, es la gran mesa central, ya que las jornadas de trabajo son compartidas y sociales; las sillas acolchadas es un valor añadido bien valorado, ya que llevan al alumnado a un estado de mayor bienestar. También la gran ventana que da al patio aporta luz y calidez al aula.

Pero, siempre hay algo que mejorar. La estructura de los muebles crean cierta sensación de opresión. Las dos mesas individuales quitan un espacio precioso, aunque las necesitamos cuando acude al aula más alumnado. Quizás la orientación de la mesa de profesorado debería de ser otra, ganando un espacio de trabajo con el alumnado de apariencia más amplia.